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Revista Manantial

Fuente espiritual de rectos propósitos

La Revista “Manantial” es un órgano editorial del Área 31 Oaxaca Centro de Alcohólicos Anónimos, contiene experiencias del “antes” y el “ahora” del alcohólico en recuperación, por lo que es una excelente herramienta para el pase del mensaje. Disfrútala y obséquiala.

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“BUSCANDO AYUDA”

Mi nombre es Briseida y soy alcohólica, hace un año y 2 meses que llegué a Alcohólicos Anónimos (AA), buscando ayuda para poder dejar de beber, pues me di cuenta que por mi manera de hacerlo, no podía resolver los problemas con mis hijos y buscaba otros queriendo ser la heroína de todos, querer salvar al mundo, cuando la que necesitaba ayuda era yo.

 

Recuerdo que cuando mi padre se emborrachaba, también me daba de tomar en pocas cantidades, más tarde consumía cervezas en la secundaria, así fue como comenzó mi carrera alcohólica.

Al paso del tiempo, queriendo encontrar una solución a mi problema de la bebida, me casé, sin saber que eso se convertiría en otro infierno peor.  Mi esposo me golpeaba, me era infiel, aguanté muchas veces los golpes, insultos, maltratos psicológicos y físicos por parte de él, tenía miedo de hablar y decirles a mis padres lo que sucedía en mi matrimonio. En ese entonces tenía 16 años y estaba esperando a mi primer hijo, hubo ocasiones que pensé suicidarme, tomé el cuchillo, no quería seguir así. Me justificaba diciendo que mis padres no supieron guiarme con buenos ejemplos, pues mi papá golpeaba a mi madre, mi madre, una mujer grande, fuerte y sumisa soportaba todo, disque por amor a sus hijos.

No quería que esa misma vida se repitiera con mi hijo, quería que él se desenvolviera y creciera en un ambiente sano, con el paso del tiempo unas cosas se calmaron, pues yo era también así, sumisa y calmada, ahora no lo soy.

 

Me separé a los 13 años de matrimonio, volví a tener otra relación, ésta empeoró mi vida y mi alcoholismo progresó más, esa relación duró 8 años y fracasé de nuevo.

Volví a tener otra pareja, resultó ser aún peor, pues era un drogadicto, en esta etapa de mi vida mi alcoholismo avanzó más y eso fue lo que me hizo tomar casi a diario, pues no quería llegar a casa a verlo drogado y en malas condiciones, para no verlo así, saliendo del trabajo me iba a tomar, hasta que decidió irse y caí en depresión pues me hice dependiente de él. Ahí empezó mi alcoholismo crónico durante un mes, un día dije “estoy en problemas, del cual no podré salir sin ayuda”, y así fue que llegué a un grupo de AA, no me ha sido fácil quedarme, pero con la ayuda de mis compañeros y la catarsis que hago en tribuna, me libero de las emociones cotidianas, es así como poco a poco voy logrando mi sobriedad. 

Briseida

Grupo. “Génesis”

Distrito. 02

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“UN HOMBRE CON SUERTE”

Un día me accidenté en un carro y uno de mis ojos quedó muy mal, me sometieron a dos cirugías, no lograron mejorarlo, recuerdo que empecé mi carrera alcohólica por vergüenza.

 

En cierta ocasión que fui a un baile con mi novia, pero me daba vergüenza y miedo salir a bailar, entonces un primo me aconsejó: “tómate una cerveza y verás que con eso se te quita todo ese miedo que sientes” me dejé guiar, comencé a tomar y pronto comencé a bailar, desde luego seguí tomando, desapareció por arte de magia la vergüenza y el miedo que sentía.

 

Al poco tiempo entró en mi vida la cocaína y así pasaron dieciocho años de droga y alcohol, sabía que me estaba haciendo daño, que mi forma de vida no estaba bien, también me daba cuenta que era un buen generador de dinero, pero no me rendía por andar de cantina en cantina quedando bien con la gente, regalando cosas materiales, aunque mi familia (mi esposa y mi hijo) carecían hasta de comida, no digamos de amor, de cariño y de respeto de mi parte.

 

Un día en una cantina se armó un gran pleito y me balacearon, me metieron siete balazos, por poco pierdo una pierna, sin embargo, a los seis meses que me recuperé de las heridas, volví a las andadas, tomando y drogándome cada vez más, pero esta vez cargaba dos pistolas pues buscaba al que me había balaceado para vengarme, afortunadamente nunca lo encontré.

 

Continúe con mi destructiva carrera, entrando en una terrible etapa de celos, provocando un infierno aún peor para mi esposa, nunca la vi con nadie, pero mi mente enferma me decía que me engañaba, me imaginaba cosas, llegué a celarla hasta con mis propios hermanos, comencé a espiarla pensando en matarla.

Una noche que llegué como siempre trastornado por la droga y el alcohol, comencé a reclamarle groseramente a mi esposa, el por qué me engañaba, ella me decía que era mentira, discusiones, insultos y llanto solo se escucharon esa noche, en un momento de desesperación, yo mismo hablé al número de emergencia para que fueran por mí, me encerraron en la cárcel por violencia intrafamiliar, sin derecho a fianza, estuve un mes con diez días.

 

Al salir de la cárcel tuve que firmar un acuerdo con la Autoridad, en el cual estaba la orden de asistir un año a Alcohólicos Anónimos (AA), entre otras cosas.

Asistí forzado a AA, y me llamó la atención la camaradería que ahí había, me trataron con mucho respeto, me hicieron sentir bien, me fue gustando y pronto pasó el año de “castigo”, me di cuenta que con esa actitud que me recibieron, lograron que naciera el amor por mí y por mis semejantes, lo más importante, el amor a Dios.  

Ahora soy uno más en cuidar el bienestar común, soy uno más en apoyar para los gastos del grupo,  con gusto hago la Unidad noche a noche.

Así es como gracias a mi Poder Superior, poco a poco me estoy recuperando y sobre todo, desde que llegué a Alcohólicos Anónimos no he bebido, siguiendo el sencillo método de “solo por hoy”.

Anónimo

Grupo: “Hay una solución”

Distrito: 32

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POR FIN, LA SEMILLA GERMINÓ

Mientras el Médico me tomó la presión lo más rápido que pudo y observó el oxímetro, me dijo: -estás a punto de un paro cardiaco- fueron las palabras que, hasta el día de hoy más miedo me han provocado. -¿Eres alcohólica o drogadicta?- me preguntó, -Sí, soy alcohólica- fue lo único que pude responder, pensando que era el final para mí.

 

Cuando escuché una junta de información de Alcohólicos Anónimos (AA), hace 10 años, alguien dijo que el alcoholismo es incurable, progresivo y mortal, estas palabras no fueron suficientes para mí, pero esos alcohólicos “raros” como yo les apodé, habían sembrado en mí, la semilla de la recuperación y de una vida útil y feliz.

 

Después de aquella junta, comencé mi carrera alcohólica, ahí inició una vida de intenso sufrimiento. Fue en una de esas tantas noches de excesos, después de algunas cervezas y algunas dosis, perdí el control de mi cuerpo, mis acompañantes me llevaron, me golpearon hasta que perdí el conocimiento, casi me matan, fue muy doloroso, desperté al día siguiente y ahí en mi soledad agradecí que no me hayan matado.

A los pocos meses me di cuenta que estaba embarazada, tenía cinco meses de embarazo y aún adicta, decidí abortar, cuando terminó el proceso, pedí perdón, pero en una crisis de locura volví a drogarme y a alcoholizarme, mi enfermedad siguió en aumento.

 

Una madrugada mi corazón no resistió más y me dio el primer paro cardiaco, pensé que era la salida, por fin, libre de culpas, de resentimientos, pero no fue así, resistí al paro.

Quise cambiar, ser una tomadora social, pero no pude, al probar la primera copa la obsesión se apoderaba de mí.

Al escuchar nuevamente el bombeo de mi corazón, la parálisis en mis brazos, sentir el miedo a morir, nuevamente pensé; Esos alcohólicos “raros” tenían razón, -soy alcohólica y adicta-, ¡la semilla estaba germinando!

 

Dios me ha dado una oportunidad más. El Médico logró estabilizarme, ya no tuve el segundo paro cardiaco, esa misma noche regresé, al mismo grupo donde escuche la primera junta de información, me dieron la bienvenida, una taza de té que mis manos no podían sostener.

 

Después de algún tiempo escuché a una compañera invitada al Comité del Mensaje a la Mujer  (CMM) del Distrito 01 que dijo: -nadie dijo que la aceptación sería fácil- esas palabras llenaron el vacío que sentía, el sentido de pertenencia es maravilloso, solo por hoy acepto mi derrota ante el alcohol y ante las drogas.

Dios como yo lo entiendo, tenía otros planes para mí; ¡Vivir para servir llevando el mensaje de Alcohólicos Anónimos!

Teresa

Grupo: “Unidad”

Distrito 01.

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QUÉDATE, NO TE VAYAS

Mi nombre es Farid y soy un enfermo alcohólico, gracias a Dios y a un amigo con el cual yo bebí conocí a Alcohólicos Anónimos (AA), llegué al grupo completamente derrotado, a punto de que me corrieran de mi trabajo, mi esposa e hijos a punto de dejarme, mi único hermano no me quería ni ver, alguien me invitó a escuchar una junta de AA., empiezo a asistir a las reuniones, recuerdo que me dieron la bienvenida con aplausos, y me dedicaron la reunión para darme información, al escucharlas experiencias que me regalaban los compañeros, me fui identificando enseguida como uno más de ellos. Escuché que el alcoholismo es una enfermedad incurable, progresiva y mortal, y eso yo lo había experimentado ya que mi padre murió de alcoholismo en la calle.

Después de unas 24 horas me invitan a una Convención Nacional que se realizaba en el Estadio Azteca y es ahí donde cambió totalmente mi perspectiva de la vida,  ya que, subiendo las rampas del estadio, me tomó de la mano una persona en una silla de ruedas, la cual no conocía, y me preguntó -¿cuántos años tienes? le contesté que 30 años, también me preguntó, -¿tienes familia, trabajo? y le contesté que sí, enseguida me dijo,“por favor ¡quédate!, si ya estás en AA., ¡quédate, no te vayas!, yo llegué a AA a los 23 años, con familia, trabajo y no quise quedarme, me fui a beber, me accidenté en mi coche y hoy estoy sin piernas, ¡nadie quiere a una persona así!, mi esposa me dejó, era una carga para ella, en el trabajo dejaron que se terminara mi contrato y me despidieron, hoy no tengo nada, pero quiero dejar de beber, porque quiero vivir, así que por favor no te vayas”, y se fue sin decir nada más. Hoy entiendo que mi Poder Superior que es Dios, como yo lo concibo, puso a esa persona en mi camino.

Acabo de cumplir 11 años en el programa de AA. y no se me olvida la experiencia con esa persona, viene a mi mente lo que dice nuestra literatura, “Somos como individuos que han perdido las piernas, a estos nunca les salen otras”, (capitulo I Libro Alcohólicos Anónimos”), hoy les comparto esta experiencia a los que están llegando, con esto lo único que quiero, es que se den una oportunidad de tener una vida diferente, la vida cambia en AA., eso me queda claro, hoy se disfruta de las cosas inimaginables, les agradezco su atención y felices 24horas.

Nombre: Farid.
Grupo: “Transición”
Distrito 22

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